Los deportes adaptados surgieron como una necesidad para ofrecer posibilidades de participación de las personas con discapacidad a la práctica deportiva. Se llaman deportes adaptados pues sus reglas, normativas, implementos y dimensiones habituales cambian y se ajustan a las necesidades de los participantes. Modificar un deporte para facilitar su práctica permite a las personas con discapacidad sentirte incluidos y además ser beneficiarios de las bondades que genera la actividad física. Precisamente sobre estos beneficios y sus características hablaremos en este post.
Tipos de deportes adaptados
Son varios los deportes que han sido adaptados para que las personas con discapacidad puedan participar en ellos. Entre los más conocidos se encuentran el baloncesto en silla de ruedas y la natación. En estos casos, las sillas de ruedas son especiales para la competición, con ruedas de diámetros de 68 centímetros, sistema antivuelco y armazones rígidos para resistir los golpes. Sin embargo, existe una variada gama de competiciones menos conocidas como el voleibol sentado, el surf adaptado o el tenis de mesa, entre otros, que despiertan siempre curiosidad y admiración. Además, hay otras actividades como la equitación, el senderismo o el running, menos exigentes, que no requieren muchas adaptaciones y que son igualmente beneficios para la salud.
Beneficios de los deportes adaptados
Es innegable que las prácticas deportivas constituyen un inmenso beneficio para la salud. La actividad física mantiene el buen funcionamiento corporal y además incide en el equilibro mental, lo que hace que de manera integral las personas con discapacidad tanto física como intelectual mejoren notablemente en su condición. Quizás sea la natación el mejor de los deportes adaptados, pues permite que la persona ejercite todos sus músculos, desarrollando fuerza y resistencia, además de ofrecerle mayor autonomía en su movimiento. El baloncesto en silla de ruedas y el voleibol sentado, por su parte, exige mayor fuerza en los brazos y desarrolla la agilidad, la creatividad y la capacidad de resolución de problemas. Lo mismo podría decirse del surf adaptado o el tenis de mesa, que además refuerzan el equilibrio y la diversión.
Para las personas con discapacidad que no puedan participar en deportes tan dinámicos, existe la opción de la equitación, el running y el senderismo. Estos permiten igualmente mover el cuerpo, y además aminoran el estrés. Todos estos deportes, tanto los de mayor exigencia como los de menor impacto, tienen por beneficios físicos la mejora de la circulación, el fortalecimiento de los músculos, mejora la movilidad y la coordinación y aumenta la capacidad de reacción. Entre los beneficios psicológicos, se encuentra el incremento de la autonomía, la mejora de la autoestima, el fomento del trabajo en equipo, aumento de la responsabilidad y las relaciones interpersonales y disminuye la ansiedad y el estrés.
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