Si vas a comprar tu primer par de muletas puedes no ser consciente de que hay dos tipos diferentes de muletas, y que tienen algunas diferencias importantes. Las muletas debajo de las axilas, también llamadas muletas auxiliares, son el tipo más común de muletas. Son las muletas típicas asignadas a pacientes en recuperación por lesiones de tobillo o rodilla. Tienen una almohadilla que se sostiene debajo del brazo, presionada en el lado del paciente durante el uso.
El otro tipo de muleta es la muleta del antebrazo, también conocida como la muleta de codo. Estas muletas tienen un manguito abierto que se agarra al antebrazo del usuario durante el uso. Las diferencias no son meramente en el diseño: los dos tipos de muletas tienen distintas ventajas y desventajas. Considera los siguientes factores al elegir tus muletas.
Fuerza
Las muletas requieren el uso de una cierta cantidad de fuerza en la parte superior del cuerpo para un uso adecuado. Las personas a menudo tienen el concepto erróneo de que los brazos solos sostienen el peso del cuerpo cuando están en muletas. De hecho, el peso se distribuye por toda la parte superior del cuerpo, y los músculos del tronco y los hombros hacen tanto trabajo como los brazos.
Tanto las muletas axilares como las muletas del antebrazo requieren esta fuerza, aunque las muletas de antebrazo requieren un poco más del usuario. Si tienes una fuerza limitada, es posible que desees considerar un andador de rodilla en vez de una muleta.
Equilibrio
Aprender a caminar con muletas puede ser un verdadero desafío para el equilibrio y la coordinación. Las muletas debajo de las axilas son el tipo más común de muletas, y pueden ser más fáciles de dominar al principio. Sin embargo, las muletas de antebrazo están diseñadas para darte un mayor control sobre tus movimientos.
Ajuste
Es de vital importancia que las muletas se ajusten correctamente al usuario. Deberías poder pararte de forma recta y cómoda con una muleta, con el codo doblado entre 15 y 30 grados mientras tu mano descansa sobre el mango. Las muletas mal ajustadas pueden provocar abrasiones, dolores musculares y daños en los nervios.
Puntas de muleta
Las muletas generalmente tienen una punta de goma antideslizante, lo que te permite mantener la muleta completa equilibrada mientras camina. Las puntas más grandes tienen una superficie más amplia en contacto con el suelo y proporcionan una mayor estabilidad. Algunas puntas de muleta se articulan para hacer que caminar con las muletas sea más fácil y rápido. Además, algunas muletas cuentan con una tecnología especial de asistencia de muelles que permite que la muleta se mueva con el usuario y se adapte a su modo de andar. Independientemente del tipo de muleta que utilices, asegúrate de que la punta de la muleta sea sólida y no esté rota.
Mangos de muleta
Todas las muletas ejercen una gran presión sobre las muñecas y las manos. Con este fin, algunas muletas cuentan con mangos especiales con relleno extra, que pueden reducir el estrés y facilitar el agarre de tu ayuda para caminar. Otros tienen una forma ergonómica específicamente diseñada para la mano izquierda o derecha, ofreciendo mayor seguridad y comodidad para el usuario. Lo esencial, como ves, es que tu muleta tenga un asa cómoda que te resulte fácil de usar durante un largo período de tiempo.