Si una persona mayor está deprimida puede que no quiera hacer nada o ver a nadie, pero el aislamiento y la desconexión sólo empeoran la depresión. Por sí misma, para una persona en estas circunstancias puede ser difícil mantener una perspectiva positiva y hacer el esfuerzo necesario para vencer la depresión. A lo largo de este artículo daremos una serie de consejos sobre cómo vencer esta grave enfermedad.
La importancia del contacto personal
El apoyo es importante, cualquier persona que sufra depresión debería hacer lo posible por no estar solo. Si no puede salir a la calle para socializarse, no hay ningún problema. Existen otras alternativas, como invitar a casa a los seres queridos o mantenerse en contacto por teléfono o correo electrónico.
No obstante lo anterior, la comunicación digital no es y nunca será un reemplazo para el contacto personal. Además, nunca es tarde para construir nuevas amistades. Formar parte de un club de lectura u otro grupo de personas con intereses similares puede ser una fantástica manera de aliviar los síntomas que causan depresión.
Actividades que ayudan en caso de depresión
Salir de casa, siempre y cuando sea posible, es lo mejor que se puede hacer. Ir al parque, a la peluquería, a desayunar con un amigo o a visitar a los familiares es lo ideal. Pero también puede encontrarse compañía en otro sentido, como es el cuidar a una mascota. Ésta no sólo ayudará a no sentirse solo, algunas como los perros requieren salir a pasear de vez en cuando, por lo que es una fantástica manera de obligarse a salir y tomar aire fresco.
Aprender nuevos conocimientos puede motivar a algunas personas. Nunca es tarde para retomar los estudios, y más si esa persona ha tenido toda su vida la espinita clavada de no haber estudiado nunca lo que le habría gustado. Ya se trate de un curso de formación, una carrera universitaria o sencillamente un hobby, estudiar puede ayudar a que el día de una persona con depresión resulte más llevadero.
Cómo cuidar de una persona con depresión
La naturaleza misma de la depresión interfiere con la capacidad de una persona para buscar ayuda, drenando al mismo tiempo su energía y autoestima. Para los adultos mayores deprimidos, criados en un momento en que la enfermedad mental fue altamente estigmatizada y mal entendida, puede ser aún más difícil, especialmente si no creen que la depresión es una enfermedad real o son demasiado orgullosos como para pedir ayuda.
Si una persona anciana que te preocupa está deprimida, puedes ayudarle contratando a una persona para que la cuide, para que escuche a tu ser querido con paciencia y compasión. No es necesario tratar de «arreglar» la depresión de alguien, sólo estar allí para escuchar es suficiente.
Obviamente sería ideal que la persona que sufre depresión acuda al médico para que le prescriba un tratamiento idóneo para su depresión, pero eso es otra historia. Lo esencial es ayudar a esa persona en el día a día, ofrecerle apoyo moral e intentar que no se sienta solo.