La población envejece cada vez más y no parece que esta tendencia vaya a cambiar en el futuro. El 20% de la población supera los 65 años de edad actualmente. Esto significa dos cosas: la esperanza de vida es mejor pero los diagnósticos de cuidados para ancianos aumentan cada vez más. La necesidad de cuidados aumenta a causa del deterioro que supone para la vista, el oído y la movilidad, entre otras cosas, envejecer.
La agudeza visual de la vista periférica y la claridad generan ansiedad, depresión y son un factor de riesgo en las personas mayores ya que generan más caídas, dificultad en la movilidad y lo más importante, pérdida de la independencia. Por lo tanto, ante los primeros signos de pérdida o cambios en la visión (imágenes borrosas, destellos, objetos flotantes) hay que acudir a un especialista para detener cualquier enfermedad.
Algunos de los síntomas de la alteración en la visión son lagrimeo constante, fotosensibilidad, pupilas de distinto tamaño, orzuelos, estrechamiento del campo de visión, destellos, ojos rojos, picazón, costras o crecimiento inusual de los párpados. Pero ¿cuáles son las enfermedades oculares que más afectan a los mayores? Uno de cada cuatro adultos mayores padecen al menos una de las siguientes enfermedades que explicaremos a continuación.
Las enfermedades más habituales que afectan a la salud visual
Las cataratas son la enfermedad más común a esas edades y la razón principal de ceguera en el planeta. Esta enfermedad afecta el cristalino del ojo e forma progresiva de igual manera a hombres y mujeres. Deslumbramientos, visión borrosa, relieves, son los síntomas que más deben preocupar a los adultos de más de 60 años. Los factores de riesgo de esta enfermedad son diabetes, obesidad, tabaquismo, alcoholismo, miopía, exposición alta a los rayos UV o hipertensión.
El glaucoma es la segunda causa de ceguera mundial. Es una enfermedad que en un principio no presenta síntomas, sin embargo, más tarde, daña los nervios ópticos y altera la visión de forma progresiva. Los factores de riesgo son la hipertensión muscular pero hasta con una tensión normal puede ocurrir.
La retinaría diabética es la ceguera a causa de la diabetes cuando la glucosa de la sangre aumenta. La obesidad, el tabaquismo, las grasas saturadas y el sedentarismo provocan a largo plazo esta afección. En caso de las personas mayores que ya sufran de diabetes un tratamiento adecuado con una dieta adecuada y revisiones oftalmológicas pueden prevenir la retinaria diabética.
La degeneración muscular también puede ser una causa de ceguera para las personas mayores. Las células epiteliales se van degenerando causando pérdida la de la visión central. Comienza normalmente con un ojo, pero si no se trata puede afectar a los dos. Aunque afecta de forma progresiva muy lenta, supone el 90% de los diagnósticos. Lo importante es acudir a controles oftalmológicos frecuentemente para prevenirla.
Lo que recomienda Serviasistentes es alejarse de todos esos factores de riesgo que hemos mencionado en cada enfermedad. Mantener una vida saludable y algo de actividad es siempre una buena forma de mantener estas enfermedades lejos.