El estudio de la pisada, también conocido como el estudio biomecánico de la marcha, es la evaluación de la forma de caminar que tiene una persona. Observando esto, se puede determinar si hay alguna afección que deba corregirse.
¿Por qué se realiza?
Llevando a cabo este estudio podemos descubrir afecciones que, a corto o largo plazo, pueden generarnos lesiones. De esta manera, se pueden tomar las medidas necesarias a modo de prevención. Esto es algo fundamental, ya que, en la mayoría de las ocasiones, nos damos cuenta de ciertas lesiones cuando ya se ha producido algún daño y se hace necesario un tratamiento o intervención.
Al contrario de lo que se pueda pensar, el estudio biomecánico no es algo recomendable solamente para aquellas personas que practiquen deporte de forma asidua. Claro está, que una persona deportista debe tener un mayor control, pues en ciertos deportes los músculos y las articulaciones soportan un trabajo más intenso. Pero ello no quiere decir que sea algo exclusivo de ese campo. Si nuestra pisada no es correcta, se pueden generar problemas en articulaciones, por ejemplo en rodillas, como pudimos ver en el artículo “¿Qué es la condromalacia rotuliana?”. También se pueden generar tendinitis, esguinces o fascitis plantares.
Debemos tener en cuenta que nuestros pies soportan una presión equivalente, cuando caminan, a tres veces el peso de la persona. Por lo tanto, si la pisada no es correcta, puede que se vean afectados otros músculos, tendones o articulaciones.
¿En qué consiste?
Durante el estudio biomecánico de la marcha, se analizan tanto la posición de los pies en movimiento como en estático. A su vez, se observa el movimiento que realizan las rodillas, la cadera y la columna, para determinar si hay alguna afección que pueda generar dolencias o lesiones.
Una vez que se realiza el diagnóstico, se puede determinar qué tratamiento se debe llevar a cabo. En muchas ocasiones se hacen uso de plantillas realizadas de forma especial para cada persona. Con ellas se intenta corregir la forma en la que se realiza la pisada o, al menos, compensarla para evitar que se produzcan daños. Habitualmente, este tipo de plantillas suponen un gran alivio para personas que sufren dolor en las articulaciones.
Aun así, será nuestro médico el que, tras el estudio, nos indique cuál es el tratamiento más adecuado para nuestro caso.
¿Qué tipo de pisadas hay?
Podemos encontrar:
La pisada neutra o fisiológica, que es la pisada normal. Se realiza el apoyo en el talón, la parte delantera del pie y en el medio.
La pisada pronadora, en la que se tiende a meter el tobillo hacia el interior por encima de 6 grados. El empuje se realiza hacia la parte interior del pie.
La pisada supinadora, el apoyo se da en el talón y en la parte delantera del pie, apenas en el centro.